viernes, 29 de noviembre de 2019

Por fin es viernes


Recuerdo aquel noviembre pasado algo así como el comienzo de una inquietante cuenta atrás, o mejor dicho, de sentir que ya no había vuelta a atrás y aún quedaban algunos cabos sueltos.

El Teatro Juan Bravo apuraba las últimas fechas de su esperado centenario y nosotros preparábamos la nuestra como si en vez de haber quedado relegada un par de meses, fuera el día más señalado de esa particular conmemoración.

Por entonces ya tenía claro, que lo que fuera a dar de sí esa cita había que recogerlo de alguna manera. Era algo que sentía casi obligado, por más que tuviera sensaciones contrapuestas.

Aún no sabía muy bien cómo ni con quién, pero más allá de poder enseñarlo o compartirlo más tarde y no solo guardarlo en celosa intimidad como un recordatorio con el que engordar nuestro particular disco duro, sobrevolaba esa sensación de que era ‘el momento’.

Corazonadas aparte, el momento o no a veces ni siquiera lo eliges tú.

Lo lógico habría sido llegar a parar a esa cita con un recorrido de fechas por medio suficientes para dejar un mínimo margen a la improvisación más allá de las colaboraciones oportunas pero… habría sido pedir demasiado.



Recuerdo también esos meses ya más cerca del invierno, haciendo kilómetros otra vez por la 110 y parada en La serrana de Villacastín tras cada ensayo, poniendo sobre la barra dudas que se perdían entre pinchos y raciones de jamón devoradas con entusiasmo por los muchachos.

Ahora reviso otra vez el vídeo antes de decidirme a colgarlo. Casi me cuesta tanto como los cuadros esos del pasillo que esperan la foto elegida para asociarse y que nunca llega.

Y vuelvo a pensar en qué es lo que queda de todo aquello.

Si me descuido casi le doy otra vuelta al calendario, pero más vale tarde…

Hubo cosas por medio, o las hay, pero nada se me dio fácil cuando de sacar trabajos a la luz se trata, y parece que no hay demasiadas diferencias entre discos, vídeos o simples maquetas.

Pero eso es lo de menos.

Sirvan al menos estas líneas para agradecer sinceramente a toda la gente que me ayudó a hacerlo posible, que de eso se trata.



Desde los músicos que me acompañaron esa noche en escena, Javi Bravo, Quino Riaza, Javier Teso, Carla Marazuela, Alberto Cid, Noelia Gómez, Álvaro Fraile, Ester Rodríguez, o fuera de él, como Esther Zecco, y también los que no pudieron acompañarnos y se perdieron la cita pero fueron parte del engranaje en algún momento en canciones como esta, Jesús Parra y Manuel Galán. A los técnicos y realizadores que lo hicieron sonar y recogieron también estas y otras imágenes, Dany Richter en la mesa e Iván Martínez y Edu Fernández con las cámaras.

Gracias también a Sonia Bravo por su sensible mirada tras el objetivo que nos dará para algo más que un álbum en el que recrearnos con el paso del tiempo.

Por supuesto no quiero dejar a un lado los técnicos y personal del Teatro, en especial a Miguel Díaz y Amanda Orea, y desde luego a Marco Costa y Sara Dueñas por confiar en nuestra propuesta.



Ni a los medios de comunicación que en la medida de sus posibilidades se hicieron eco en mayor o menor medida de la cita y este trabajo para que no cayera en saco roto; Álvaro Gómez, María Yagüe, Carlota Muro y Natalia Fernández, Marcelo Galindo, Sergio Arribas, Josechu Egido y David López y por supuesto Ana Vázquez.

No quiero olvidarme tampoco de Alberto Martín, que me ayudó a canalizar por estos lares mis mal llevadas redes un poco mejor para que la información no llegara tan a deshoras como de costumbre…

Y es posible que aún me deje alguien por el camino, pido mil disculpas, de verdad.

Me juré cuando todo pasó no volver a meterme en una parecida, pero nunca se sabe.



De cualquier forma entenderéis si os digo que estar pendiente en su momento de todo lo que abarcan estas líneas no me permitió llegar con la frescura adecuada, o al menos mostrar mi mejor versión esa noche, pero aun así fue inolvidable.

Ni que decir tiene que el agradecimiento no puede ser completo si no lo hago extensible a todos y cada uno de los que nos acompañasteis cubriendo el patio de butacas para darnos vuestro calor en esa fría noche de febrero.

Mil gracias, y gracias también a los que la agenda o las circunstancias les impidieron participar y se quedaron con las ganas.

Tal vez en otra ocasión, aunque ya no sea lo mismo.

Viernes para liquidar la rabia y la sed seguirán surgiendo, eso es posible.

Sirvan de muestra estos Tesoros, que ya son vuestros y podéis guardar o compartir si os apetece.



Agradecido de cualquier forma.



Salud y canciones!!